¿Recuerdas la última vez que alguien te dio su opinión sobre un asunto relacionado con tu forma de proceder, conducta o actitud? Quizás hayas recibido lo que se conoce como `Feedback´
Feedback es una palabra inglesa, que significa retroalimentación (origen compuesto por feed ‘alimentar’ y back ‘de vuelta’). También se puede definir como reacción, respuesta u opinión que nos da un interlocutor como retorno sobre un asunto concreto, relativo a nuestra conducta o incluso sobre cómo esta puede afectarle.
Dar feedback de forma adecuada es un arte que requiere entrenamiento. Podríamos decir que todos hemos dado feedback alguna vez, cuando hemos ofrecido un consejo u opinión a un compañero, familiar, amigo, pareja, etc. Sin embargo, dominar esta técnica no es sencillo, pues un feedback aplicado inadecuadamente no conseguirá enriquecer a nuestro interlocutor. En el proceso de feedback deben salir beneficiados emisor y receptor.
A fin de comprender este concepto, vamos a utilizar la metáfora del alfarero, el cual utiliza sus manos para moldear una vasija. A fin de llevar a cabo con éxito dicha labor, deberá entrenar sus movimientos, aprender la técnica de dicha artesanía, perseverando, con calma y paciencia durante el proceso. Será imprescindible desarrollar buena destreza visual, seguridad para manejar cosas delicadas y prestar atención a los detalles. Podemos imaginar el proceso por el cual el artesano afianza con suavidad las partes más delicadas de la vasija, a la vez que ejerce la justa presión, a fin de moldear aquellas partes de esta que afectan a la belleza y equilibrio del conjunto. Sabe que aplicar una fuerza excesiva o en una dirección inadecuada, podría deformar la vasija, hacerla perder el estilo inicial e incluso romperla.
En el proceso de feedback sucede algo similar, ya que, cual alfareros, pretendemos moldear una conducta o acción de nuestro interlocutor. El sentido común es muy útil en nuestra vida, sin embargo, a fin de buscar la excelencia en este campo, es imprescindible conocer a fondo este concepto y aprender a utilizarlo en nuestro día a día.
El feedback comprende dos componentes, uno perceptual (lo que observamos en el otro) y otro emocional (cómo me hace sentir eso a mí). Cuando ofrecemos retroalimentación a nuestro interlocutor, buscamos obtener un crecimiento mutuo. Por un lado, el que recibe el mensaje puede aceptarlo y dejarse moldear por este, a fin de mejorar aspectos concretos y desarrollar todo su potencial, y por otro, el que lo emite, que construirá relaciones más sólidas y constructivas.
Aprender a dar y recibir feedback es esencial, ya que nuestro grado de conciencia habitual es bastante bajo, y con nuestros propios recursos necesitaríamos toda una vida para volver a ´inventar la rueda´. Por lo tanto, la retroalimentación nos ayudará a fomentar la autoconciencia, la independencia, la seguridad en nosotros mismos, la confianza y la responsabilidad personal. Lejos de restringir esta comunicación al ámbito de maestro y alumno, o jefe y empleado, es sumamente necesario que dicho proceso se dé entre iguales, a fin de obtener una riqueza mayor. Cuando ofrecemos feedback a otros, les manifestamos que creemos que poseen un potencial y capacidad mayores de lo que muestran en ese momento.
Hay dos tipos de feedback, que se conocen como:
Feedback positivo. El feedback positivo refuerza un trabajo bien hecho, una actitud o conducta que nos ha afectado positivamente.
Es importante darlo inmediatamente después de haberse producido este evento.
Debe ser sincero, ya que de otro modo no será genuino y no obtendrá los mismos resultados.
Debe ser altruista, se da sin esperar nada a cambio.
Debe ofrecerse por cada acción concreta, ya que si lo hacemos sobre varias cosas en el mismo mensaje podemos quitar valor a este.
Podría darse tanto en público, como en privado.
Feedback constructivo. También conocido como feedback negativo. Este tipo de retroalimentación se utiliza para hacer saber a la otra persona que su conducta o palabras nos han hecho sentir mal, o que nos afectan negativamente. Así mismo, podemos utilizarlo con el fin de que la otra persona mejore en algún ámbito de su vida, personal o profesional.
Es importante que se dé en un momento oportuno.
Será necesario esperar a estar tranquilos para que el mensaje verbal y el no verbal sean congruentes, tomando en cuenta que de nuestro mensaje: el 7% lo transmiten las palabras, el 38% el modo en que se dicen (tono, ritmo, etc.) y el 55% las expresiones faciales.
Este mensaje debe darse en privado, nunca en público.
Técnicas para dar Feedback:
Técnica del sándwich: se utiliza para dar feedback constructivo. Consiste en comenzar dando un mensaje positivo, para a continuación comunicar la cuestión a mejorar, terminando con un mensaje final positivo o de ánimo.
Feedback directo: Se pretende dar el mensaje directo, de forma específica y sin vaguedades. Debemos basar el mensaje en hechos objetivos y concretos.
En nuestra sociedad es más habitual reforzar a los demás, pues ser asertivos y ofrecer feedback a otros no es una tarea sencilla, ya que ello exige esfuerzo y conlleva confrontar una opinión. También puede suceder que evitemos dar un mensaje relativo a los aspectos negativos del otro, por miedo al rechazo o a la evaluación negativa de los demás. Incluso, en ocasiones tendemos a compartir esta información con terceras personas, con el objetivo de desahogarnos. No obstante, como hemos comentado, los beneficios que nos reporta el feedback son innegables. Aprender a utilizar esta herramienta nos ayudará, a nosotros y a los demás, a progresar en todos los ámbitos de nuestra vida.
¿te haces una idea de cómo pueden mejorar tus relaciones y tu rendimiento si aprendes a utilizar, cual alfarero, el feedback?
Referencias:
[enpositivocoaching.wordpress.com/2014/06/02/tecnicas-para-dar-feedback/]
[monografias.com/trabajos63/feedback/feedback.shtml]
[Libro Coaching, autor John Whitmore. Editorial Paidós. Edición 2018. Título original Coaching for performance.]
Autor: María Azabal
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2 comentarios en «El arte de dar Feedback»
Esta genial el post. Un cordial saludo.
Muchas gracias por tu comentario, Ariadna.
¡Nos alegra que te haya gustado el post!
Un abrazo.